La Virgen Roja, Soy Nevenka y La Quimera, películas con nominaciones a los Goya 2025 que recomendamos ver
- Comunicación Equala
- 7 feb
- 5 Min. de lectura
Este sábado 8 de febrero se celebra la gala de los Premios Goya 2025. Y desde Equala Iniciativas os recomendamos tres films, de tres directoras, que compiten en las nominaciones a los Goya: La Virgen Roja, Soy Nevenka y La Quimera.
-La Virgen Roja tiene 9 nominaciones a los Goya 2025, destacando mejor dirección para Paula Ortiz y mejor actriz de
reparto para Aixa Villagrán.
-Soy Nevenka, 4 nominaciones, destacando mejor guión para Iciar Bollain e Isa Campo y mejor actriz revelación para Lucía Veiga.
-La Quimera está nominada a mejor película europea en los Goya 2025 y fue seleccionada para competir en el 76 Festival de Cannes.
Son películas que nos han permitido pensar sobre aspectos que trabajamos desde Equala y, aunque no siempre conformes con ellas, consideramos que son interesantes de ver.
No os perdáis el análisis de estas tres películas que ha hecho nuestra compañera Vanina Vázquez Gentile, psicóloga, master en género y LGTBI+ y co-conductora del podcast sobre cine "El eclipse" en Spotify.

La Virgen Roja. Dirección: Paula Ortiz
En La virgen roja, Paula Ortiz presenta la historia de Hildegart Rodríguez Carballeira, una joven educada por su madre, Aurora, quien tiene como objetivo convertirla en "la mujer del futuro", -un ideal que tiene como telón de fondo la eugenesia-.
Sin embargo, al alcanzar la mayoría de edad, Hildegart empieza a experimentar el amor, expandiendo su mundo emocional y estableciendo una distancia con la estricta disciplina materna. La resolución del inevitable conflicto desemboca en un suceso que marcará su destino una noche de 1933.
Aurora repite a su hija una y otra vez:
"Freud en el sexo, Marx en la cabeza y Nietzsche en el corazón".
Sin embargo, parece no haber comprendido bien a Freud en lo que respecta a la educación y su imposibilidad: no podemos programar a las personas. El intento de formar a la "mujer del futuro" como un modelo fijo corre el riesgo de reproducir las mismas estructuras opresivas que se busca erradicar.
A través de esta historia, Paula Ortiz nos ofrece un retrato de la condición de las mujeres a principios del siglo XX. No obstante, en sus elecciones estilísticas y narrativas, parece enredarse en cuestiones que aún condicionan la vida de las mujeres en el presente. La elección de una estética de belleza hegemónica en las actrices y la representación de un romance excesivamente coreografiado y sentimental nos deja preguntándonos qué valoración haría la propia Hildegart de este retrato.
A pesar de esto, la historia de una mujer que desafió las limitaciones de su tiempo, incluido el poder de su madre, no deja indiferente. Tampoco lo hacen las citas de sus textos, su lucha por la libertad de las mujeres y su propio camino hacia la emancipación, buscando una vida que merezca la pena ser vivida.
Es conmovedor imaginar que hoy Hildegart formaría parte activa de nuestras manifestaciones y que, aún hoy, sus escritos siguen reflejando las preocupaciones y los desafíos de nuestro presente.
Trailer de La Virgen Roja
Soy Nevenka. Dirección: Iciar Bollain
En Soy Nevenka, Icíar Bollaín se adentra en un caso que, si bien es conocido, revela una historia de violencia sexista, centrada en la valentía de una mujer que, hace más de 20 años, rompió el silencio.
Nevenka Fernández, en el año 2000, denunció al alcalde de Ponferrada por acoso sexual, mucho antes de que el Me Too o Ni una menos diera voz a muchas otras mujeres.
La directora cuenta que
“se adelantó. Y de hecho por eso se quedó tan sola. Ahora, con el Me too, muchas mujeres han dicho ‘a mí también me ha pasado’, pero ahí fue solo ella. Ahí no salió nadie más a decir ‘a mí también me ha pasado’. En ese sentido sí fue una pionera. Se adelantó a todo.”
Sin embargo, no se queda sola porque se adelanta, sino porque el mecanismo estructural de la violencia le resta credibilidad. Romper el silencio que sostiene los privilegios derivados de la desigualdad siempre genera reacciones sociales.
En ese momento, la reacción fue juzgar a la víctima y exculpar al agresor –aún a día de hoy puede suceder-.
El acoso nunca ha sido algo visible; siempre ha ocurrido en la sombra, pero muchas veces preferimos pensar que eran "otros tiempos". Esos "otros tiempos" siguen siendo los mismos de ahora. La diferencia es que, en el presente, las mujeres creemos en la palabra de las otras y hemos dicho: "se acabó".
Soy Nevenka es un homenaje a una mujer valiente que se atrevió a buscar y pedir justicia, pero también es un recordatorio de cómo las estructuras de poder siguen existiendo, invisibles gracias a la complicidad de parte de la sociedad. También su historia forma parte de una genealogía que recoge años y años de lucha contra el acoso y las violencias sexuales presentes en la vida de las mujeres.
Una genealogía hecha por mujeres que han enfrentado las estructuras no sin consecuencias, pero que han permitido a otras descubrir la raíz estructural de la desigualdad y la violencia y buscar apoyos en otras compañeras.
Trailer de Soy Nevenka
La Quimera. Dirección: Alice Rohrwacher
La Quimera es la cuarta película de la directora italiana Alice Rohrwacher. También la cuarta en la que participa en el Festival de Cannes, donde anteriormente ha ganado el Premio Especial del Jurado por El país de las maravillas y el Premio al Mejor Guion por Lazzaro feliz.
A lo largo de su filmografía, Rohrwacher reflexiona sobre los efectos del capitalismo y el legado que dejaremos a las próximas generaciones. Una directora talentosa que no podemos dejar de recomendar por la calidad de su obra y su mirada sobre el presente.
En La Quimera, la historia gira en torno a los "tombaroli", saqueadores de tumbas y tesoros. Este grupo de hombres trafica con objetos antiguos, y, como dice la propia directora, "Los 'tombaroli' de mi película no son subversivos, no son héroes, son el producto perfecto del capitalismo, los hijos sanos de un sistema enfermo".
En contraste con estos personajes, Rohrwacher presenta a un grupo de mujeres que intenta levantar una comunidad utópica en la antigua estación de tren del lugar, creando un contraste entre la explotación y la posibilidad de transformación social.
A través de esta obra, Rohrwacher plantea la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si la civilización etrusca hubiera perdurado? ¿Estaríamos ante una sociedad sin machismo?
La cineasta responde:
"Lo que me gusta de la civilización etrusca es que debajo de donde vivimos, si rascas en cualquier lado, salen piezas y objetos que dejaron allí hace mucho tiempo. Es importante recordar que el patriarcado no es una condición natural del ser humano, sino una decisión histórica. Espero que estemos llegando a tiempos en los que esto comience a cambiar y podamos tomar otros caminos."
En sus películas, a modo de fábulas, Rohrwacher ofrece una mirada crítica sobre el presente a través de un lenguaje personal de gran belleza visual.
La Quimera nos invita a pensar sobre lo común entre las personas y nuestra relación con el pasado. Un pasado que, en estos tiempos, parece ser silenciado por el ruido que reemplaza la palabra. Un presente que ignora la historia, cuyo olvido hace necesario un retorno de la memoria, como luz frente a la oscuridad que parece acecharnos.
Trailer de La Quimera
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