Sobre estas conductas y estrategias que intentan frenar el cambio social hacia la igualdad habló nuestra compañera Vanina Vázquez Gentile en el programa "Barreras Invisibles", del canal comarcal 30TV,
En la segunda entrevista al equipo de Equala Iniciativas en Consultoría, Jaione Donazar Hernández, de 30TV, conversó con Vanina sobre los micromachismos presentes en nuestra sociedad y su implicación en la vida cotidiana, la educación, la juventud.
Desde esta página, podéis ver el programa completo. Debajo podréis leer también la transcripción de algunos momentos de la conversación.
Si no puedes ver el programa correctamente en esta página, está disponible en el canal de Youtube de Equala .
Transcripción de algunos fragmentos de la entrevista
¿Qué son los micromachismos?
Los micromachismos son conductas, estrategias, son formas de proceder que intentan mantener cierto status-quo, cierta manera de funcionar, donde nosotras nos vamos a hacer cargo de ciertos trabajos extras y los hombres van a mantener una posición de dominio. Que se arme esta lógica no quiere decir que los micromachismos sólo los van a ejercer los hombres, sino que toda vez que te digan “chica, ¿qué te cuesta? ¿qué te cuesta esperarlo con la comida hecha? ¿qué te cuesta ser tú la que haces tal o cual cosa?, ahí van a estar operando los micromachismos. Son formas o pequeños hábitos, incluso reacciones que vemos que intentan frenar el cambio social hacia la igualdad.
Cuando estamos en un ámbito de desigualdad, esto supone que hay una parte que domina o que tiene un privilegio y otra que va a ser un poco más, digamos, explotada, o que va a tener que sostener un poco más para que alguien tenga ese privilegio.
Entonces, los micromachismos apuntan a ese sostenimiento de un de un modo que, a veces, lo vemos en formas tradicionales, en una naturalización de cierto escaqueo de unas responsabilidades -esto nos va a sonar más en el en el ámbito doméstico- y contribuyen a eso para que lo veamos como natural, sobre todo, en el en el caso de, por ejemplo, una conducta típica como “es que tú planchas tan bien”, entonces ya parece que vienes con el gen del planchado.
Los micromachismos son sutiles, no tienen que ver con una violencia… no los tenemos que esperar en perfiles violentos, tienen que ver con el día a día y con cierto consenso social.
Los micromachismos y la brecha económica de género
Toda vez que se escucha “¿qué más queréis? ¿no habéis conseguido ya todo lo necesario?”, esto que hoy en día se escucha mucho en los discursos políticos, que las mujeres tienen privilegios, cuando tú te vas a los datos ves que las brechas no están a favor nuestra de ninguna manera. Ni en términos laborales, ni en términos económicos.
Cuando ves el poder adquisitivo, quiénes son las que cobran más prestaciones sociales, quiénes tienen más dificultad para acceder al empleo, quiénes se ocupan del cuidado. Porque el cuidado es algo que no está resuelto socialmente, el cuidado supone trabajo, supone tiempo en nuestra sociedad. El tiempo es dinero.
Entonces, si tú no tienes tiempo porque cuidas, no tienes dinero y aquí hay un micromachismo que a mí me molesta muchísimo y es cuando le dicen a las mujeres mayores que no son contributivas, eso me molesta muchísimo.
Porque, ¿qué hubiéramos hecho sin ellas? Siguen siendo unas trabajadoras que se ocupan de eso, que podríamos llamar como la cuarta edad, esas personas que están por encima de los 90 años y tienen que escuchar día a día “no chica, tú es que no has contribuido, no has cotizado”, cuando el sistema no se los ha permitido. Cuando no hemos pensado que eso era un trabajo, hemos pensado que era un acto de amor solamente y no un trabajo.
No se ha valorado, no se ha valorado el trabajo que se ha hecho dentro de casa. Se reconoce desde la idealización, “ay, no hay como una madre, qué divinas las mujeres, qué bien lo haces” y se acompaña de otras frases bastante micromachistas, como son “¿en qué te puedo ayudar?” “¿te ayudo?”
Todavía a día de hoy podéis escuchar esto de “ay mamá tiene que ir a trabajar", como si fuera negativo, como si el lugar de mamá no fuera ir a trabajar, todavía.
Los micromachismos y las maternidades
Todo lo que haga que se mantenga ese par de proveedor del lado de los hombres y de cuidadora del lado de las mujeres es lo que contribuye a que no se avance a una sociedad diferente, a una sociedad con otro reparto de lo que supone el cuidarnos unas a otras. No termina de producirse esa transformación, por eso tenemos la natalidad donde la tenemos.
Creo que es una reacción mucho más profunda que simplemente decir si me lo puedo o no me lo puedo permitir (ser madre). Cuando un rol supone la postergación de muchas otras cosas porque no tienes ni la compañía institucional ni el apoyo social, y cuando también te va a suponer mucha pelea y mucha fatiga emocional con una pareja, entonces es el camino más corto, a veces, aunque no sea consciente totalmente, porque todo esto que estamos hablando no se juega desde lo voluntario.
Los micromachismos y la diversidad
Una sociedad más igualitaria va a llevar a una transformación de las instituciones, del concepto de en qué se invierte, en qué se gasta. Luego creo que, a nivel social, es producto de un aprendizaje que hemos tenido que es muy difícil de transformar, no es que sea imposible. Cuando te dicen “yo soy así”, “el mundo siempre ha sido así”, este tipo de cuestiones.
El estar en contacto con la diversidad, aunque sea solo de género, ni te digo ya si hablamos de origen, religiones, parece más esforzada, pero a la larga genera mejores convivencias.
La gestión de la diversidad nos puede suponer mayor riqueza, pero una riqueza donde nadie termina de tener la razón completamente, entonces, son posiciones más incómodas en ese sentido, donde no hay una verdad absoluta, donde la tradición es algo que está en transformación, donde los roles están en transformación, donde no hay un sentido pleno de lo que es ser una mujer, un hombre, una madre, un padre, no hay una única manera, hay muchísimas.
La familia… tanto que somos de una cultura de “la familia”. Cuando tú te abres a la diversidad ya no hay una manera, hay las familias y las formas y también un modo de entender que somos seres sociales con derechos y ciudadanía, que el Estado nos tiene que proteger, así tengamos 2 años, 3 años, 10 años y tiene que intervenir de alguna manera en el modo de formarnos como personas de esta sociedad.
Los micromachismos, infancias y juventud
(Las personas jóvenes) tienen más información, pero somos bastante contradictorias las personas adultas.
Todo el tiempo estamos diciendo que deben ser igualitarios y practicamos otra cosa, no es decir por qué le voy a pedir a una chavala de 15 años que entienda lo que su madre de 40, 45 o 50 años sostiene un privilegio para su hijo varón.
Es verdad que de la igualdad entre mujeres y hombres hablamos mucho, pero a la hora de ejercerla se nos hace más incómoda, a la hora de ser un ejemplo. De nada sirve que les digamos cómo hacerlo, pero no lo practiquemos nosotras. Yo creo que la gente joven es el producto de lo que hemos podido.
Niñas y niños con 2 años han entendido el sistema sexo-género, pero no sólo por la identidad, si son o se sienten chicas, chicos, no binarios, lo que sea, sino porque han entendido que hay una relación de valor. Entonces, si cuando un crío es bueno en matemáticas, es un genio y una cría es buena en matemáticas, es trabajadora, ahí tienes el género operando.
¿Por qué la genialidad queda del lado de él y el trabajo del lado de ella? Porque la razón se ha atribuido históricamente a los hombres, y aunque tu digas sí, hay mujeres inventoras, en el fondo, la mirada y el reconocimiento está funcionando distinto.
Los micromachismos y la educación
Sin embargo, hay más mujeres universitarias que hombres.
Pero tenemos que mirar dónde están, tenemos que mirar cómo ellas siguen retrocediendo en las carreras STEM, porque el tema de “que haga lo que quiera”, de que “lo importante es que sea feliz”, se carga de unas aspiraciones distintas para chicos y para chicas, no es lo mismo. Ellas, mientras sean felices en la familia, pueden.
Esto sigue operando, aunque nos digan que no. Ahora todas las niñas quieren ser veterinarias, por ejemplo, y eso es algo vinculado al cuidado. Y ellos quieren ir a la luna.
Nos sigue cautivando la potencia intelectual de los varones y no la de las mujeres. Con esto estoy haciendo una gran generalización. No quiero ser injusta, pero ¿dónde nos tenemos que fijar? Justamente en lo más micro, por eso estamos con esto, cuando se dice “es que es tan listo” y ellas son guapas y esto sigue pesando. Porque tú puedes ser lista, pero lo más importante es que seas guapa. Es que sigue siendo lo más importante y cualquier chica te lo va a decir.
Más entrevistas en Barreras Invisibles, por 30TV
En otras entradas del blog podréis ver el resto de programas con la participación otras compañeras del equipo:
Cánones de belleza, con Natalia Alzate Michales (próximamente)
Coeducación, con Leire Martínez (próximamente)
¡Gracias 30TV por la visita!
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